
- Conocer cómo era la escuela del pasado, estableciendo semejanzas y diferencias con las actuales.
- Ponerse “en la piel” del otro, de aquellos alumnos y profesores que vivieron antes que nosotros y entender sus problemas y cómo lo solucionaban.
- Hacer un viaje en el tiempo a la familia del ayer, a través de la observación, descripción e interpretación de los objetos que forman parte del ajuar infantil.
- “Vivir un día con los niños de la calle”. Para lo que se presenta un diorama y un audiovisual en el que se muestra la realidad de estos niños.
- Convertirse en protagonistas de pequeñas historias de las reflejadas en las Salas del cómic y de las Marionetas, diseñando sus propios tebeos o representando sus propios personajes en los teatrillos que hay al efecto.
Guía didáctica
MUSEO Y ESCUELA
Juan Peralta Juárez
Fundador y Director del Museo Pedagógico y del Niño de Castilla-La Mancha
1. DEL MUSEO TRADICIONAL AL MUSEO COMPRENSIVO
La acepción que tiene actualmente el término museo dista mucho del concepto tradicional. El Museo es hoy una institución al servicio de la sociedad; queda ya lejos el museo donde se veneran, admiran y conservan una serie de piezas sin que exista entre lo exhibido y el público visitante una comunicación, un diálogo. No sé si estaremos o no de acuerdo con esta afirmación que hacía Mª Carmen Farré, del Museo de Arte de Cataluña, allá por 1974i. Pero la realidad es que, salvo excepciones, continúan habiendo museos en los que la gente no encuentra aliciente para ir a ellos. Para muchas personas, con un nivel cultural medio, los museos constituyen espacios muertos, que no merece la pena ser visitados, y, se da la paradoja, como se ha dicho al principio, que esas mismas personas se inscriben en peregrinaciones mítico-culturales a museos que han sido previamente publicitados con costosísimas campañas de divulgación en radio, prensa y televisión. ¿Cómo se explica este contrasentido? ¿Qué es lo que mueve a esas personas a desplazarse cientos de kilómetros a visitar esos espacios expositivos cuando normalmente no conocen los museos que tienen en su entorno? Inciden varios aspectos: uno, la cultura se ha convertido en un producto más del mercado, que hay que consumir mediatizado por los estrategas publicistas; dos, la cultura museística ha entrado en los grandes circuitos culturales, y, al igual que las visitas a ciudades monumentales, se programan visitas a grandes museos nacionales de arte, arqueología, ciencia, etc.; tres, los museos se están convirtiendo en una especie de parques tecnológicos en los que prima el espectáculo por encima de lo demás. Para el profesor Santanaii, el consumo museístico se transforma en una actividad social: actividad social articulada en torno a la escuela; actividad social en torno al turismo de masas o actividad social en torno al prestigio intelectual de determinadas élites.
El museo, como tradicionalmente lo hemos conocido, ha sido un espacio estático, en el que se exponen los objetos descontextualizados de su tiempo y de su espacio, sin una información básica que ayudase a la comprensión de lo que se estaba viendo. El museo tradicional, pues, ha incidido más en el aspecto meramente contemplativo que en el comprensivo. Para los museólogos actuales, un museo debe ser un espacio en el que todos los sentidos entren en funcionamiento, en el que se vivan emociones, en el que nos veamos trasladados a otras épocas a través de recreaciones de ambientes determinados, en el que, en definitiva, comprendamos lo que estamos viendo y, por lo tanto, sepamos dar respuesta a los muchos interrogantes que teníamos antes de entrar a ver la exposición.
En línea con todo lo anterior, muchos de los responsables de museos públicos y privados han empezado a reorientar la forma de exponer los contenidos museísticos, y así, con la ayuda de técnicos (museólogos, escaparatistas, arquitectos, sociólogos, didactas…) se han reestructurado y elaborado módulos expositores, materiales didácticos, etc. Esto ha sido más evidente en aquellos museos que más se prestan a tocar botones, como ocurre con los museos de ciencias naturales o experimentales. Se trata, en definitiva, de que los museos se sientan en la pieliii. Por poner un ejemplo, el Museo de los Derechos Civiles de Birmingham, en Alabama, dedicado a la segregación racial, es un clara muestra de lo que estamos diciendo: en él se recrean ambientes, situaciones y personajes que trasladan al visitante a vivir el problema racial como si fuese en la realidad: una escuela para blancos y otra para negros; las ligas de beisbol separadas por razas; las dos entradas a los servicios públicos, etc. Vídeos y efectos multimedia de imagen y sonido simulan todo lo imaginable en relación con el problema de la discriminación racial. Así, cuando el visitante entra en una sala oscura, se encuentra en medio de unos paneles que muestran una manifestación pro-derechos civiles, en ese momento se activa un dispositivo de luces, voces y sirenas, y se produce una carga policial que se refleja en una gran pantalla de vídeo, al tiempo que desde otro panel un policía dispara un chorro de agua contra el visitante (un cristal protege al público del chapuzón, pero la imagen es impresionante).
Evidentemente, lo anterior es un claro ejemplo de museo-espectáculo. Esto tiene sus limitaciones, como es natural. Primero, no en todos los museos se pueden hacer montajes de este tipo. Un museo de bellas artes, requiere espacios tranquilos en los que poder admirar una obra maestra de Velázquez o Goya. Pero, además, un museo con interactividad mecánica requiere elevadas inversiones, que no están al alcance de todos los museos. ¿Qué hacer entonces? Hay que buscar la comprensividad de lo expuesto consiguiendo que la información que se transmite al visitante sea comunicativa y no meramente expositiva, es decir, que le hagan funcionar las neuronas, o sea, el cerebro, que es, en definitiva, en donde radica el verdadero interactivismo. Se hace necesario, pues, hacer comprensibles y significativos para los destinatarios los objetos expuestos, dotándolos de información complementaria y contextualizándolos; dándoles una coherencia interna a cada espacio expositor, en el que se pueda seguir, a través de un hilo conductor, la historia de lo allí expuesto. El museo ha de ser activo, entendiendo por activismo no la simple manipulación de objetos y artefactos, sino los procesos mentales que se generan en cada individuo cuanto está ante un contenido significativo que es objeto de conocimiento.
LOS MUSEOS Y LA ESCUELA
Tradicionalmente, la escuela ha utilizado los museos como recurso para ilustrar en vivo aquello que el profesor había explicado previamente en el aula a sus alumnos. Ejemplo: Se da el tema de la Prehistoria y a continuación se programa una visita al museo arqueológico para que los alumnos puedan ver in situ las manifestaciones artísticas de los hombres del Paleolítico y del Neolítico. Otra de las formas de utilización de los museos ha sido como iniciación o motivación del tema que se va a estudiar en el aula: se programa una visita para que los alumnos vean testimonios del arte rupestre y a continuación, en el colegio, se desarrolla el tema correspondiente.
Pero, existe otra forma, en línea con lo propugnado por las actuales corrientes pedagógicas, el museo como lugar de elaboración, de construcción del conocimiento científico, es decir, espacio en el que formular hipótesis, contrastarlas, buscar información y elaborar conclusiones. Para el profesor Santacana, las funciones de un museo deberían ser las siguientes:
a) El museo como espacio donde resolver un enigma.
b) El museo como lugar donde resolver problemas previamente planteados en clase.
c) El museo como taller donde clasificar, manipular, experimentar con información.
d) El museo como aula de creatividad artística.
e) El museo como laboratorio, donde se investiga y trabaja en equipo con fuentes primarias.
Cuando lo que primaba en los contenidos de Primaria y Secundaria eran los conceptos, el tipo de museo que estaba más en coherencia con esa escuela era el museo tradicional: observar, leer y retener en el cerebro lo que se estaba viendo. Actualmente, con las nuevas corrientes pedagógicas, se pone el acento en el aprendizaje significativo, o sea, en un aprendizaje basado en los conocimientos previos y capacidades de los alumnos, en la realidad sociocultural de su entorno, en definitiva en la construcción interactiva del conocimiento. Para este tipo de escuela, el museo comprensivo es básico, como lugar de encuentro social en donde el alumno supere lo que ya sabe, conozca y cree nuevos conocimientos a través de la interacción con lo que hay expuesto en sus salas. Es decir, se impone el concepto de escuela explicativa, en contraste con una escuela descriptiva. En los museos comprensivos se trabaja en los procesos explicativos del material que hay expuesto, contribuyendo de esta manera a que estos estén en coherencia con la nueva forma de elaboración del conocimiento que propugnan las teorías del constructivismo.
En los museos, los alumnos tienen que trabajar las siguientes competencias:
1) La ATENCIÓN: Observar, explorar y localizar los objetos en el espacio y en el tiempo. Describir los objetos según su naturaleza.
2) La DISCRIMINACIÓN VISUAL Y AUDITIVA: naturaleza del objeto según sus características.
3) La CATEGORIZACIÓN: analizar, clasificar (analogías) y sintetizar.
4) La CAUSALIDAD Y LA FINALIDAD: el porqué y el para qué.
5) La EMPATÍA, LA ESTÉTICA, EL RESPETO POR EL PATRIMONIO CULTURAL, etc.
APRENDER A OBSERVAR
Hay dos formas de trabajar con el material expuesto en los museos. Una de ellas va de lo particular a lo general y la otra, de lo general a lo particular. La primera, utiliza la inducción como recursos para construir el conocimiento: observar, identificar, analizar, clasificar, categorizar y sintetizar. La segunda, basada en la deducción, parte de la teoría o ley general para llegar a la identificación y descripción del objeto, comprobando si lo formulado a nivel más amplio se da en el caso en particular que se está estudiando. La didáctica de los museos suele usar la inducción como método de aproximación al conocimiento de lo expuesto y a la explicación de las hipótesis formuladas previamente.
La primera conducta, pues, en la búsqueda de información, es la observación. Cualquier objeto que hay expuesto en un museo es portador de información. Nuestra tarea como profesores es la de ayudar al alumno a saber extraer toda la información posible del objeto que está observando.
Con la observación, el escolar entra en contacto directo e indirecto con la realidad a través de los sentidos. La observación es, por lo tanto, el paso previo a la descripción, lo que requiere analizar y diferenciar las partes del todo, con la finalidad de poder identificar la naturaleza del objeto, así como comparar varios objetos o realidades para poder averiguar lo que es esencial y lo que es accidental. Al comparar, realizamos analogías, marcando semejanzas y diferencias, llegando de esta manera a la definición del concepto que estamos trabajando y a la tipología, caracterizada por todos aquellos atributos que no definen la esencia o naturaleza del objeto, es decir, a las características accidentales: forma, tamaño, color, etc. Finalmente, junto con la observación y la identificación hay que trabajar la finalidad y la causalidad, o sea, el para qué y el por quéiv, entrando de esta manera la contextualización del objeto que estamos estudiando, contextualización que supone el explicar la razón de ser de ese objeto en un ámbito espacio-temporal determinado.
A continuación expongo un ejemplo de cómo desarrollar la observación en el Museo del Niño a través de la contemplación de un pupitre que hay en el aula recreada de los años 30-40 del siglo XX.
¿QUÉ SABES DE ESTE OBJETO?
1.- ¿LO CONOZCO?
– Este objeto se encuentra expuesto en la Galería nº 1 del Museo. ¿Sabes para qué podría servir?
-¿Cuál será su nombre?
En esta primera actividad, se trabaja las ideas previas del alumno. Con ella, el escolar tiene que entrar en contacto con sus conocimientos previos para, de esta manera, relacionar lo que ya sabe o conoce con el nuevo objeto de aprendizaje. Aquí estamos en la fase de qué es.
2.-LO OBSERVO Y LO DESCRIBO
– Fíjate bien en él y descríbelo:
a) ¿De qué material está hecho?
b) ¿Cuál es su forma? (rectangular- cuadrada- circular- piramidal- otra forma)
c) ¿Qué partes tiene?
Mediante la percepción visual, el alumno tiene que decir cómo es el objeto, describiendo su naturaleza: partes de que consta, materia de la que está hecho, forma, etc.
3. LO COMPARO CON OTROS OBJETOS
– ¿Se parece a algún objeto que tú conozcas? SÍ-NO. En caso afirmativo, escribe sus nombres.
– Di cuáles son las semejanzas y cuáles las diferencias.
Con estos ejercicios se trabajan las analogías: semejanzas y diferencias. Es fundamental, siempre, en la observación no quedarnos en el propio objeto que estamos estudiando, sino extender nuestro campo de observación a otros del contexto, con el fin de poder establecer semejanzas y diferencias, llegando de este modo a la definición del concepto. Es decir, se trabaja lo que es esencial (aquello que se da en varios objetos al mismo tiempo, lo que trasciende las épocas y las modas) y lo accidental (lo que no se da en varios objetos al mismo tiempo, lo que no trasciende el tiempo).
4. BUSCO OTROS OBJETOS PARECIDOS Y LOS CLASIFICO
– Fíjate bien en la sala y di si hay otros objetos que sean parecidos al que estás estudiando. Si los hay, escribe sus nombres a continuación y agrúpalos por clases (por ejemplo: color, tamaño, forma, materia en la que están hechos, etc.)
Una vez que se han establecido semejanzas y diferencias, que se han hecho analogías, procede clasificar los objetos
5.-HAGO UNA FICHA DEL OBJETO:
Con la información que has obtenido de tu observación, elabora una ficha.
POSIBILIDADES DIDÁCTICAS DEL MUSEO PEDAGÓGICO Y DEL NIÑO
Los contenidos de este museo hacen referencia a la historia de la educación en general y de Castilla-La Mancha en particular, además de todo lo relacionado con la historia de la infancia, la familia, el juego, el juguete, el ajuar infantil, el mundo del cómic y de las marionetas y, lo que consideramos significativo, la infancia marginada. Estos contenidos, y la manera en que se presentan al público, a través de escenografías, permiten que sean atractivos y significativos tanto para los adultos como para la población escolar. Por esta razón, el profesorado en su visita al museo puede trabajar los siguientes contenidos procedimentales y actitudinales:
-Conocer cómo era la escuela del pasado, estableciendo semejanzas y diferencias con las actuales.
-Ponerse “en la piel” del otro, de aquellos alumnos y profesores que vivieron antes que nosotros y entender sus problemas y cómo lo solucionaban.
-Hacer un viaje en el tiempo a la familia del ayer, a través de la observación, descripción e interpretación de los objetos que forman parte del ajuar infantil.
-“Vivir un día con los niños de la calle”. Para lo que se presenta un diorama y un audiovisual en el que se muestra la realidad de estos niños.
-Convertirse en protagonistas de pequeñas historias de las reflejadas en las Salas del cómic y de las Marionetas, diseñando sus propios tebeos o representando sus propios personajes en los teatrillos que hay al efecto.
Lo anterior, son sugerencias que, con toda seguridad, el profesorado puede ampliar y mejorar. Para ello, ofrecemos tanto el asesoramiento del personal del museo, a través de visitas guiadas y de talleres, como los siguientes materiales que hemos elaborado.
LOS MATERIALES DEL MUSEO
Actualmente el Museo Pedagógico y del Niño tiene elaborado el siguiente material didáctico para uso de profesores y alumnos:
– Cuadernos: Descubrimos el Museo del Niño.
– Diarios de Noticias: La Escuela del Ayer
– Hojas didácticas: ¿Qué sabes de…?
– Postales didácticas
– El trivial del MUNI
– Maletas viajeras: Un día en…
Los Cuadernos “Descubrimos el Museo del Niño” son materiales realizados en una hoja A3, a doble cara, con un total de 8 páginas en formato A4, de las que siete son de actividades dirigidas a escolares de los tres ciclos de Primaria y los dos de secundaria. Los cuadernos están numerados desde el 1 al 5, correspondiendo los tres primeros a Educación Primaria y los dos últimos a Secundaria. Convendría revisarlos para ver si se adaptan a la realidad de cada ciclo y etapa.
Diarios de Noticias “La Escuela del Ayer” son una colección de cuadernillos dirigidos a Educación Secundaria bajo la apariencia de un periódico escolar. Hasta el momento se han realizado tres: La escuela del ayer, 1750-1800. La escuela del ayer, 1800-1850. La escuela del ayer, 1850-1900. Los textos han sido redactados como si fuesen contados por un periodista que está viviendo los acontecimientos que se narran en dichos diarios.
Hojas didácticas ¿Qué sabes de…? Este material tiene una extensión de una hoja A4 a doble cara, centrándose en la observación y descripción de determinados objetos del museo. Con él se pretende enseñar al alumno a observar los objetos que le rodean, trabajando la descripción, el análisis y la interpretación del objeto, al mismo tiempo que se contextualiza en el espacio y en el tiempo. Se han hecho dos ejemplares: 1. ¿Qué sabes de este lugar? La escuela. 2. ¿Qué sabes de este objeto? El pupitre.
Postales didácticas son tarjetas que en el anverso contiene una ilustración sobre objetos del museo y en reverso se proponen unas actividades de detección de ideas previas y una final a modo de síntesis interpretativa del objeto de la postal.
Trivial del MUNI es, a imitación del famoso trivial, un juego de preguntas y respuestas sobre los diversos objetos que hay expuestos en cada una de las salas del museo.
Un día en… El Museo tiene dos maletas didácticas, dentro de las cuales, junto con los objetos que hay relativos al mundo de la escuela, de los juegos y de la infancia marginada, se incorporan unos cuadernillos titulados “Un día en una escuela del pasado“ y “Un día con los juegos del ayer”. Es material para trabajar el contenido de las maletas, y va dirigido a alumnos de Primaria y Secundaria.
LA VISITA AL MUSEO
Lo primero que tenemos que hacer es concretar los objetivos: ¿para qué queremos llevar los escolares al museo? A continuación, una vez que tengamos claro esos objetivos, debemos tomar contacto con el museo y su personal, seleccionado las salas que vamos a visitar (no se recomienda visitar todo el museo), los contenidos, los itinerarios, los objetos, las vitrinas. Posteriormente, ya en clase, hay que trabajar las ideas previas de los alumnos, con el material que el museo haya facilitado o con el elaborado por el propio profesor. Ya en el museo, hacer pequeños grupos de alumnos y distribuirlos para que aborden el estudio de forma analítica de los objetos, estableciendo analogías y diferencias, y, finalmente, ya en clase, elaborar síntesis y valoraciones sobre el trabajo realizado, conectando el tema estudiado con las situaciones actuales o del entorno próximo.
i Mª Carme Farré-Sanpera: Aprender en el museo. Cuadernos de Pedagogía, nº 2. Febrero 1975.
ii Santana, Joan: Museos, ¿al servicio de quién?. Revista Iber 15. Pág. 44
iii Mikel Asensio y Elena Pol: La comprensión de los contenidos del museo. Iber 15. Pág. 15.
iv Peralta Juárez, Juan: La investigación del medio. Apuntes para la reforma. Pág. 22. “Apuntes para la Reforma”. Albacete, 1992.
Materiales para la visita (pdf)
Cuadernos
- Descubrimos el Museo del Niño Primaria 1
- Descubrimos el Museo del Niño Primaria 2
- Descubrimos el Museo del Niño Primaria 3
- Descubrimos el Museo del Niño Secundaria 1
- Descubrimos el Museo del Niño Secundaria 2
- Descubrimos el Museo del Niño Bachillerato
Diarios de la escuela del ayer
- La Escuela del Ayer 1750-1800
- La Escuela del Ayer 1800-1850
- La Escuela del Ayer 1850-1900
- La Escuela del Ayer 1900-1950
- La Escuela del Ayer 1950-2000
Hojas didácticas
- ¿Qué sabes de este lugar?
- ¿Qué sabes de este objeto -el pupitre-?
- ¿Qué sabes de este objeto -el proyector de madera-?